
NUESTRA ÉPOCA
El capitalismo sigue extendiendo su reino destructivo, hasta el punto de que la idea del apocalipsis vuelve a estar de moda. El capitalismo es la organización metódica de la captura general de lo viviente, la confiscación de los bienes comunes con el fin de maximizar las ganancias. Es un fenómeno social total: no sólo económico sino también antropológico, tecnológico, jurídico y político. La condicion de su existencia es el poder político reducido al estándar único de eficiencia, que culmina en la puesta en peligro de los ecosistemas.. El capitalismo es el fin de la historia, no en el sentido de que es su única forma posible, sino en el sentido de que la transforma en una catástrofe permanente.
Como reacción al capitalismo, en muchos países, incluido en Francia, surge un soberanismo identitario, menos preocupado por combatir el capitalismo que por perseguir la quimera de naciones culturalmente homogéneas y hostiles entre sí. Este soberanismo restringe el cristianismo al estatus de riqueza patrimonial y lo presenta como garante de una preservación del pasado o como medio de cohesión nacional.
Al otro lado del espectro político, la izquierda suele silenciar el cristianismo o lo reduce a « valores morales » (altruismo, humanismo, dignidad, etc.), quitando al Evangelio su poder político, y a la oración su poder de convertir personas y estructuras sociales.
En el contexto histórico tan especial en el que vivimos, creemos que es urgente descubrir el poder político del Evangelio. La fe no es solo una creencia o un sentimiento puro; es una energía que, basándose en el estilo de vida de Cristo, suscita una forma distinta de vida personal y colectiva. Esta forma de vida tiene como fin la comunión, es decir, la unidad no uniforme. Su meta es una libertad difícil, buscada por muchos, y que se reconoce en la emancipación de las estructuras colectivas que nos alienan y en la liberación del mal que nos estorba a todos; la lucha por la igualdad, concebida como destino universal de todos los bienes, que permita una vida digna; una visión de la felicidad como caridad : don de sí mismo que encuentra en el otro, y ante todo en la persona más vulnerable, un ser a quien servir y amar.
Dondequiera que exista realmente, el cristianismo opone a la voluntad de poder, la locura evangélica de la caridad, y al reinado destructivo del capitalismo, un universalismo igualitario alternativo a la globalización capitalista.
ANASTASIS es una palabra griega que significa “resurrección” e “insurrección”. A nuestros ojos, esto designa dos ejes fundamentales de la vida cristiana: creemos en un Dios de amor muerto en la cruz y resucitado, promesa de salvación para todos los hombres; creemos que este Dios nos invita a luchar, en todo tiempo y en todo lugar, por la justicia y que su reino ya está obrando donde el amor ya se ejerce concretamente.
NUESTRA PROPUESTA
Anastasis propone artículos de reflexión política, a la luz de la fe y la teología cristianas.
Anastasis reúne reseñas de obras de filosofía y teología política.
Anastasis toma posiciones políticas sobre la actualidad y participa de forma independiente en iniciativas y manifestaciones públicas.
Anastasis organiza un fin de semana anual de reflexión de teología política.
Anastasis publica un podcast mensual para compartir pensamientos y debates sobre la actualidad.
Nuestro deseo es vincularnos, cuando nos parezca necesario, con iniciativas y movimientos ya existentes y forjar alianzas sobre temas concretos.
Nuestras tradiciones son múltiples; la gran mayoría de nosotros somos católicos, algunos pertenecen a tradiciones protestantes u ortodoxas. Nuestro profundo deseo es traer a la vida en nuestro país un cristianismo que tome en serio la radicalidad del evangelio.
Traduction / Traducción :
Carmen de Santiago